Variedad de nombres para el mismo
fin: buscar a Wally.
Por María Teresa Zazzali.
Los niños de la generación de los ’80 pasaban horas buscándolo sin parar, no sólo
ellos sino también aquellos que eran parte de los ’90. Buscarlo entre tanta
gente era un gran y entretenido desafío. Cada mundo en el que había que
encontrarlo, era un total y nuevo universo en los que cada objeto que estaba
dibujado en las coloridas hojas lograban que el lector, o más bien el
explorador, se sintiera parte de aquellas extrañas escenas.
Este personaje de aspecto tan peculiar, aparecía vestido
con remera a rayas (blancas y rojas), un gorro del mismo motivo y colores, unas
gafas y un pantalón de jean, recorría el mundo a través del tiempo acompañado por
el Mago Barbablanca, quien lo ayudaba en cada viaje que debía realizar; Woof su perro y fiel compañero; Wenda la hermana
del protagonista que vestía de manera muy similar a él pero con pollera y
medias; Yodlaw quien era la antítesis de Wally pero con vestimenta negra y
amarilla.
Wally, fue creado en 1987 por el británico e ilustrador Martin Handford. Fué pedido por un
director de arte de la editorial donde trabajaba el cuál le encargó que trabaje sobre un punto
focal para localizar al personaje. Luego de mucho pensarlo Handford se basó en
los cuadros del pintor renacentista español El Greco (1541-1614) el cuál
admiraba como trabajaba en la realización de puntos focales en sus obras. Así nace el primer
boceto de Wally. Si bien Handford se dedicaba a la creación de libros destinados para niños saltó a la fama con un libro
con características diferentes, el cual tenía como fin el juego y
entretenimiento: “¿Where is Wally?” (“¿Dónde está Wally?”) convirtiendose en su obra más famosa con reconocimiento a nivel mundial cuando la serie de libros de Wally fueron
distribuidos en 28 países.
Clásica escena donde tenemos que buscar a Wally. En este caso en un playa. |
Wally recibe diferentes seudónimos dependiendo del país, Waldo en los Estados Unidos y Canadá, Charlie en Francia, Hetti en India, Willy en Noruega, Jura
en Croacia, Holger en Dinamarca, Vallien en Finlandia y Walter en Alemania. A pesar que es
nombrado de muy diversas maneras, el libro mantiene la misma función en donde
quiera que sea adquirido: entretener. Sin embargo no quedó exento de censura;
al contener un dibujo en la que los pechos de una mujer se “veían”, quedó en la
lista de libros prohibidos para niños.
Este simpático personaje, aparece en singulares espacios
amenos como escenas de grabación de cine, montañas de nieve, playas, fiestas,
shows, zoológicos, e incluso un lugar en donde hay una gran convocatoria de
personajes vestidos como “Wally”. En cada sketch el protagonista lleva consigo diferentes
objetos tales como cámara de fotos, bastón, en seres de camping o libros, todos
ellos los termina perdiendo y el lector debe también buscarlos.
En su momento polémica escena donde
llevó a retirar
todos los libros del mercado en Inglaterra debido a
las miles de quejas de los padres ingleses.
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Muchas veces los lectores se preguntaban por qué Wally se
perdía constantemente; el propio creador declaró que lo concebía como un
personaje “muy estúpido”, “Imaginé que la razón
por la que estaba perdido era por ser levemente tonto y no saber hacia dónde
iba". Entonces se podría decir que el Mago Barbablanca cumplía correctamente
su labor de guiarlo a Waldo en cada aventura que realizaba, puesto que siempre
se terminaba perdiendo.
El último libro
publicado fue en el año 2012 con una edición de los 25 años de Wally. A pesar que hoy en día ya no
hay nuevas publicaciones, Wally, Waldo, Valli, Holger, o como quiera ser
llamado, logró instalarse.
Martin Handford autoretratado con sus personajes más famosos. |
Pintura de El Greco, una de las
influencias de Martín Handford
en materia de punto focal.
(Imagen: El Entierro
del Conde de Orgaz. 1587)
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